lunes, 7 de enero de 2008

La Numero 267


Ella miró el cielo estrellado, la cúpula celestial se alzaba imponente ante sus ojos, ¡cuantos universos!, ¡cuantos castillos de arena eran construidos en el cielo!, ¡cuantos seres de 8, 6 y hasta 7 patas habría en aquellos lugares!, cuestiones que nunca podrían ser resueltas, como el misterio de la metamorfosis de la mariposa. Ella era consciente de su pequeñez, era consciente de solo ser una soñadora que quería conocer todo lo que su pequeño cuerpo le permitía. Sus amigas y sus padres le advertían mucho que no traspasara los limites del frío cemento, por que si lo hacia correría peligros innumerables. Sin embargo la monotonía, el absurdo, el sistema en el cual había sido atada, que parecía un nudo gordiano la tenía cansada y aburrida. ¿Era este el verdadero sentido de la vida? ¿Ir una y otra vez por la misma carga?, ¡Que importaba!, solo quería conocer aquellos terrenos que se escondían detrás de la barrera de luz del cielo, quería traspasar el velo y encontrarse en un jardín lleno de hojas y flores, con un sol siempre radiante sobre su cabeza, un lugar lleno de enormes quesos, deliciosas carnes gigantes y alimentos de todo tipo que aun su fina mandíbula no había masticado y saboreado. Un sitio donde tal vez encontrara un amado que la consintiera y la hiciera feliz, alguien que siguiera su rumbo y con el cual pudiera visitar cada una de las orgullosas estrellas ¡que extraños secretos, paisajes y mundos estarían guardados en aquellos lugares!

- Eh tu ¡continua!- le grito furiosa su compañera

- Por favor, solo quisiera ver el cielo por un segundo mas, solo uno, antes de dormir…

- ¡Calla! Llegaremos tarde y nos regañaran, deja de ver las estrellas, ¿no es suficiente con tu verde entorno?- dijo indignada

- ¿Qué pasaría si te dijera que el poderoso sol no es verde y que la tierra que nos vio nacer tampoco?, entonces, ¿Por qué no tendría curiosidad por conocer miles de colores? ¡quiero que mis ojos se eclipsen de las tonalidades del mundo!- respondió como ensimismada

- ¡Tu y tus reflexiones! ¡nos meterás en problemas a ambas! ¡mejor sigue el Oporus!- dijo enojada la otra- ¡la carga se espera esta misma noche!

A pesar de todo mientras continuaba su diario recorrido, en que seguía el olor producido por el oporus para poder retornar a la fortaleza no podía evitar sentir una sensación de tristeza e impotencia, no podía dejar de sentir que subía una escalera para entrar en otra. Aquel sendero no la llevaba a ninguna parte, solo terminaría por llegar a aquel balcón donde finalmente desesperada decidiría tirarse solo para lograr un ultimo vuelo antes de caer en el abismo para ser una con la nada. ¿Y que pasaría si desapareciera?, seria un numero más que se va, un 267 (su numero) que seria fácilmente reemplazable, ¡que importaba!, si al final su vida no era mas que eso, un continuo devenir en beneficio de todos. Decidió no pensar en ello sino continuar, tal vez algún día bajaría él de las nubes con sus enormes alas y la sacaría de aquel horrible lugar, los había visto sobrevolar muchas veces por encima de la fortaleza, quería ser como ellos que podían desafiar el viento y alcanzar lo alto de las copas de los enormes árboles solo para vislumbrar lo que a sus ojos estaba vetado.

El camino seguía con obstáculos, logro pasar por encima de enormes piedras y la tierra mojada que tragaba a las desprevenidas, fue entonces cuando aconteció algo terrible. Mientras pasaba con su pesada carga, su compañera de al lado pareció gritar, todo sucedió en un parpadeo, una enorme masa negra callo del cielo justo por donde su compañera pasaba y la aplastó, inmediatamente se estableció el pánico general, todas huyeron en busca de refugio. Un Kirk como llamaban a aquel fenómeno los atacaba, siempre llegaban en los momentos mas inesperados, no podían explicar su naturaleza, algunos lo veían simplemente como la mano de dios que castigaba a las perezosas y otras como un ente poderoso abstracto que se salía de su comprensión, pero no se había logrado averiguar mas. Ella se quedo a pesar de todo frente a su compañera agonizante, no se movió ni un centímetro a pesar de que el Kirk paso rápidamente cerca de ella, no le tenia miedo a lo extraño y no era una cobarde, se quedaría allí hasta al final, su compañera no se merecía este final.

- ¡¡¡insensata!!! ¡huye!- le grito la moribunda, pero la otra no se movía, solo lloraba- ¡Sabes que así es siempre! ¡Déjame sola pronto seré reemplazada fácilmente!- dijo enojada y con ultimo esfuerzo

- ¡NO! ¡No es justo!, estoy segura de que tu vales mucho para morir así- respondió con sollozos

- ¿De que hablas idiota? ¡huye! ¡no te preocupes por mí! ¡vete!- gritó y al final de su ultima palabra callo muerta

- Tu no lo comprendías, pero solo quería ver que era lo ultimo que vislumbraba tu vista si la fría luna o a otra como yo a la que consideras insignificante, al final te parecías a mi aun que no lo creyeras- dijo mientras las lagrimas seguían cayendo

Sabiendo lo que tenia que hacer, la hormiga retornó a su hormiguero a dormir, la obrera número 268 pronto seria reemplazada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando subiste ese cuento al fotolog no había podido leer y creo que era mejor porque ahora puedo comprenderlo desde otro punto de viste diferente al que tenía en aquel entonces, una idea de escapar, de no resignarse.
Lo encuentro aunque corto bello, en un momento pensé que la hormiga iba a dejar su lugar de origen para adentrarse al otro lado.
Creo que tienes las bases suficientes para otro capítulo
Saludos