domingo, 9 de diciembre de 2007

LAS AVENTURAS DE UN MAGO EN LA CAPITAL

5 parte: "La miseria humana"

El grincho se fue tranquilo escuchando música en mi MP3, le hicimos quitar la camiseta del nacional a Alejo pues bien sabemos que los rolos en su mayoria son hinchas del millonarios y mis amigos iban tranquilos, yo pude vislumbrar uno de los sectores mas pobres y humildes de la ciudad, un sector que no era residencial sino que era donde estos sujetos se ganaban la vida, esta gente con pocos recursos, vendiendo desde toda clase de productos robados o contrabandeados hasta el chicharrón con la arepa, seguramente vivian en el sur, donde tengo entendido se ubican los barrios mas pobres de la ciudad. Siempre impresiona ver la miseria de los demás o al menos a mí siempre me ha impresionado, mis amigos endurecidos por lo que han visto y por el corazón neutro y despótico que suele desarrollar una disciplina como la historia no se inmutaron, yo no pude evitar pensar que muchas de esas personas tal vez fueran en el fondo genios que nunca tuvieron una oportunidad, ¡es triste el devenir humano!, pienso que nunca se ha tratado de izquierdas o derechas sino del mismo ser humano y no importa cual de las diferentes ideologías que pululan hoy como una multitud de bichos tengamos, lo primero siempre deberia de ser el hombre, su vida y su porvenir. Pero ¡ah! Estos pensamientos no pueden dejar de transcurrir en mi mente y mientras esto reflexionaba llegamos al fin a Plaza España

Plaza España es como supe días mas tarde en oídos de Camilo Perdomo un amigo de la capital, un lugar donde se vende ropa que ha sido robada a otras personas de la capital y por eso es tan barata, yo no creo que sea a ese extremo, pero si hay algunos locales que en mi opinión me hacían ver que al menos en algunos de esos establecimientos si era posible. Esa mañana fue muy aburrida para mí, nunca me ha gustado salir a ver y comprar ropa mi modo de vestir es muy sencillo, sin ninguna complicación, siempre prefiero los mismos colores y para mi Adidas, Aidio o Puma no es algo que me destornille la cabeza. Mis amigos se sentían como Hansel y Gretel en la casa de dulces, no se hallaban, querían probar de todo, yo los seguí pacientemente a través del laberinto de locales, deseaba tener un hilo de Ariadna que me permitiera salir de ese molesto lugar cuando me cansara. Lo unico que gracioso que note y que luego vería en otros centros comerciales del centro es que todos usan el mismo Maniquí que se parece mucho a Leonidas cuando dice SPARTANS!!!, esto me hizo reír bastante, por que eran unos maniquís muy bien vestidos y con la boca abierta y gritando, desee robarme uno.

Luego de que Pedro se comprara una chaqueta y unos tennis, de la chaqueta parecía como si hubiera encontrado el vellocino de oro, creo que si no hubiera sido chaqueta seguro la enmarca de lo feliz que estaba. Al fin salimos de ese horrible lugar y volvimos para almorzar, Alejo se quizo comer un chicharrón de esos con Arepa, pero a mi eso me daba mala espina y no iba a comer por nada del mundo, tal cosa que parecía sudar grasa. Pasamos por el ministerio del Interior un importante edificio en mi opinión por su injerencia en la política del país y por un edificio que parecía por lo que se veía a través de sus ventanas que estaba lleno de peluches ¡nos invaden!, seguro tienen un plan para eliminarnos y ese es su cuartel secreto, pero pronto volveré con mi basuca destructora y los eliminare a todo BUAHAHAHAHHAHA. Mis amigos parecían bastante apurados, yo los ignore y me meti un rato a una feria de dulces y libros, donde había un stand donde vendían remates a 5000 pesos de libros, viendo tamaña oportunidad me hice con el lobo estepario de Hermann Hesse y Con el general en su laberinto de Garcia Marquez, ambos en una muy buena y bonita edicion. En fin, almorzamos en un estadero donde daban almuerzos a 2800 pesos, muy barato en mi país, pero pronto nos arrepentimos de nuestra elección nuestros amigos que pidieron hígado frito lo dejaron y yo que pedí pollo no quede muy satisfecho, pero lo importante era ocupar la panza por un buen rato, Anselmo el idiota aquel pidió sopa de viejito, ¡este tipo de 28 años definitivamente solo le falta el bastón y ya! Jajaja.

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