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martes, 29 de enero de 2008

El canto del Azulejo


¿Me habláis?, solías hacerlo, antes, cuando el rocío apenas caía triste y señalando la presencia del gran sol, veo que ya te has olvidado de mi existencia, no te culpo, tienes muchas que hacer, supongo que los pensamientos de bicicletas y de amores son suficientes para que yo pierda tu atención. Pero aun que no lo creas permanezco enraizada, sin moverme del mismo lugar que nos conocimos, cada vez siento que hago menos falta en este mundo y la única compañía que tenia se ha ido. Solo el trinar de los pájaros es la única música que me gusta oír, tan falsa era aquella farsa, aquella horrible melodía que producían aquellos artefactos de ustedes. No lo entiendo, supongo que soy la única que pensaba que el sonido de los animales, del viento, de mis pequeños dedos que caen suavemente en el pasto. Era una sinfonía digna de superar a Mozart, a Haydn o a cualquiera de esos murmullos explosivos que parecen bombas prontas a destruir la poca belleza que guardaba nuestro interior. Era triste tener esta perspectiva en soledad y solo compartirla conmigo misma o con la pequeña ardilla que pasaba, que me miraba con sorpresa para luego recluirse de nuevo en mi corteza donde tiene su hogar

¿Qué no entiendes cuando te hablo?, no es que no quiera hablarte, es que tu no quieres escuchar, te has acostumbrado demasiado al ruido que te rodea, al chocante sonido de esos mecanismos rodantes que llamas carros, al griterío y desorden de vuestra especie, ¿no es el silencio y la tranquilidad uno de los mayores placeres de los que puede sentir una criatura, una sensación de catarsis y renovación?, pero en cambio os comunicáis con gruñidos, gritos y con voces destructoras, no por como suenan sino por lo que dicen y así utilizáis un arma mas destructora que cualquier hacha a las cuales tengo pavor, su filo, su poder es mas penetrante que el de cualquier otro mecanismo de muerte, y es la palabra. El lenguaje no se le debería de dar a cualquiera, no es un don que deba usarse a la ligera, tal vez el hombre no se lo merece realmente. Y así siguen, movilizándose constantemente sin un objetivo y no llegando a ninguna parte hasta que sienten finalmente como sus ojos se cierran para morir.

¿Yo?, ¿Qué si me pasa lo mismo?, se que estamos a punto de desaparecer, se que el futuro no nos pertenece y tal vez tampoco a ustedes, pero he tenido una vida feliz y tranquila, nadie se ha metido conmigo, he visto como mueren mis hermanos, he visto como se convierten en vuestros adornos y juegos, en simples sillas para tu hermanito o en humo que se extingue en el cielo, ¡es terrible!, imagínate que te pasara eso a ti, que cogieran tus tripas, las colgaran en una pared solo para colocar un espejo y poder reflejarse en el, ¡vanidosos!, ¿no es el claro del agua el mejor reflejo que puede encontrar un humano?, pero nuestra muerte es necesaria y cara, para vuestra supervivencia ¿o me equivoco?.

Me di cuenta entonces que el muchacho se había quedado dormido, ya no me escuchaba, supongo que nunca lo hacia, pero le gustaba mucho venir a visitarme, tal vez por que en el fondo buscaba estar solo y este no era un sitio muy concurrido por los de su especie, quizás allá tampoco era querido. Solo los desdichados se daban cuenta de nuestra existencia, los demás parecían observarnos y creer que estábamos allí, pero para ellos solo éramos parte de una ilusión, de un espejismo, como si no fuéramos reales, por tanto no tienen por que preocuparse por nosotros. Allí dormitando, sumido en su propio mundo estaba el, no se lo que veía, tal vez solo tristezas y desdichas, enigmas sin resolver y su propio miedo en esencia, pero tenia una gran ventaja, aquí en esta tranquilidad, en este silencio podía el encontrarse consigo mismo poder charlar con la única persona que se le parecía ¿o tal vez no?, pero que al menos era el mas propenso a comprenderle, es decir el mismo.

Pocos valoran este tipo de detalles y pronto serán menos los que lo hagan…

- Antón, ¡Antón!, debemos regresar a casa- se sintió la voz de aquella niña chillona
- No, no quiero, déjame dormir- dijo somnoliento
- ¡Pero tenemos que seguir trabajando! ¡Papa nos va a matar!- dijo alarmada la chiquita
- No me importa, ya nada me importa, me he acostumbrado a sus palizas
- ¡Pero si no pedimos dinero ahora en el semáforo no tendremos que comer hoy! Por favor entiéndelo hermanito- siguió la pobre niña con gestos de ruego
- No hay nada mas cómodo que este lugar, nadie viene aquí y el siempre me recibe con sus raíces abiertas, a veces pienso que quiere hablarme…
- ¡Antón!, ¿te estas volviendo loco? Papa pronto estará aquí, lo hago por ti, si vieras el castigo que me dio la otra vez, fue horrible, solo recuerdo el dolor punzante de una cosa que entraba en mi cuerpo
- ¡Hermana! Olvidémonos de padre, no más latigazos, no más sufrimientos, ¡vivamos acá! No lo merecemos, a la final todas estos árboles son nuestros hermanos, son criaturas como nosotros, ¿Por qué no podemos vivir como ellos? Siendo la lluvia, el sol y el agua quienes nos provean nuestros recursos
- ¿De que estas hablando hermanito?- dijo por primera vez ella con curiosidad
- Al igual que nosotros ellos han sido abandonados por los demás, los humanos se han olvidado que existen así como los demás prefieren ignorar nuestra existencia, por que se les hace molesta, no quieren pensar en su decadencia, solo en su porvenir, ¡son tan egoístas!
- No lo se…- dijo dubitativa y con lagrimas en los ojos
- Piénsalo, solo recostemos, dejémonos abrigar por sus ramas y luego simplemente que pase lo que tenga que pasar, descansemos una sola vez para mañana mirar el sol con otra cara, para que nos sorprendamos de nuevo como si fuera la primera vez…
- Yo…
- Cuando vengo aquí, es lo único que me impulsa a vivir, eso y los folletos y libros que tiran a la basura, los relatos ¡Cuantos debe tener este bosque!, quisiera seguir viviendo mas de esto, seguir soñando…Ven hermanita, recuéstate conmigo.

Los hermanitos a pesar de estar en harapos se abrigaron debajo de una de mis raíces, trate de infundirles calor. Por primera vez en mucho tiempo había llorado, mi verde interior se había agitado, lagrimas de clorofila, lagrimas de sangre, lagrimas de dolor e indignación. Al final solo los mas débiles eran quienes nos querían, pero, ¿acaso no basta uno solo para sentirme orgulloso de exhalar el elixir de la vida?. Los alquimistas pensaron que la vida estaba en el interior de una pared fría y sólida y no se dieron cuenta lo que tenían en frente todo el tiempo delante de sus narices, la verde y amarga magia que abunda en nuestro interior. Los abrigue, ¡descansad niños!, aun puede que tengáis salvación, es hora de que penséis en vuestros sueños, es hora de que duerman quizá para siempre no lo podría decir, pero al menos hallareis la paz y quizás viajen a unas ruinas muy lejanas, naveguen por los mares como peces veloces e impacientes, vuelen por los aires como enormes cóndores que alcanzan la máxima altitud de una montaña y quizá al fin tenga una casa, un hogar, donde un fuego caliente los espera, muchos juguetes regados en el suelo y una vieja mujer que cuenta miles de historias y cada día los sorprende con una nueva y mas emocionante. ¡Si! ¡Así es! ¡yo os llevare ahí!, es entonces cuando oigo un ruido y un sujeto extraño se acerca, no suelo juzgar a los hombres, pero con solo ver su mirada furibunda, su agresiva postura y sus ansias de dolor y sangre me di cuenta que no era exactamente lo que algunos llaman “un buen hombre”. Con un cuchillo en su mano derecha y con rabia gritaba:

- ¡¿NIÑOS DONDE ESTAIS?! ¡VENID AHORA MISMO! ¡LOS COGERE A JUETE!

Solo le respondió el trinar burlesco de un azulejo

- ¡ANTON! ¡EMILIA! SALID DE UNA BUENA VEZ ¡NO ESTOY DE HUMOR! QUIERO DORMIR Y VER TELEVISION ¡USTEDES DEBEN TRABAJAR AHORA MISMO! ¡SALID DE UNA BUENA VEZ!

No hubo respuesta

- LOS MATARE LO JURO ¡SALID AHORA MISMO SI VALORAN SUS VIDAS!

Nadie salio y solo una pequeña brisa pareció pasar, el padre pareció no percatarse de ello.

- Esta bien niños- dijo el padre que seguía buscando- comprendo su juego, esta bien, los quiero mucho, perdonadme, les aseguro que he cambiado, mama volverá pronto pero ¡SALID!- dijo en el tono de hipocresía mas vil

Sin embargo, los infantes no acudieron a su llamada, cada vez mas furioso y aburrido llego al fin cerca de mis raíces y se dio cuenta de su presencia, grito furioso, afino su cuchillo, el viento soplaba cada vez mas fuerte y las pardas hojas se movían mas rápido. Entonces rápido, como un rayo, sin nadie que ayudara a los pobres niños me toco ver como el padre se lanzaba con aquella arma, ¿estaría ebrio? Era demasiado tarde, la sangre salpico todo, mi tronco lucio aquel horrible color fuerte, era el fin.

¿Fin? ¿Era realmente el punto donde se detiene la escritura de una historia? Inmune a las consecuencias de los actos más explosivos y degradadores de la conciencia humana. Efectivamente la sangre chorreo mi tronco, pero aquel color verdoso no era sangre de humano, había herido mi raíz, de la cual salía el verde de la clorofila acumulado, era el líquido de la vida. ¿Y los niños? ¡Habían desaparecido!, el papa no lo podía creer, estaba loco, empezó a lanzar patadas a todo y atropellos, luego asustado decidió largarse del lugar pensando que tal vez todo era consecuencia del alcohol que había digerido. Yo aun no lo comprendía, pero me alegre de que esto hubiera pasado, la tierra defendía a sus hermanos, yo realmente lo creía a si, mas a los que realmente son como nosotros.

Ahora yo creía que sabia la verdad, los niños habían estado abrigados debajo de mi raíz, ahora, ¿Dónde podían estar?, esperaba que entonces aquel hermoso sueño no hubiera sido entorpecido, vi entonces dos pequeños brotes, dos pequeños árboles que recién nacían a mi lado, entonces sonreí, eran mis dos hermanos que pronto se unirían a mi para disfrutar el canto del azulejo una vez mas.

lunes, 7 de enero de 2008

La Numero 267


Ella miró el cielo estrellado, la cúpula celestial se alzaba imponente ante sus ojos, ¡cuantos universos!, ¡cuantos castillos de arena eran construidos en el cielo!, ¡cuantos seres de 8, 6 y hasta 7 patas habría en aquellos lugares!, cuestiones que nunca podrían ser resueltas, como el misterio de la metamorfosis de la mariposa. Ella era consciente de su pequeñez, era consciente de solo ser una soñadora que quería conocer todo lo que su pequeño cuerpo le permitía. Sus amigas y sus padres le advertían mucho que no traspasara los limites del frío cemento, por que si lo hacia correría peligros innumerables. Sin embargo la monotonía, el absurdo, el sistema en el cual había sido atada, que parecía un nudo gordiano la tenía cansada y aburrida. ¿Era este el verdadero sentido de la vida? ¿Ir una y otra vez por la misma carga?, ¡Que importaba!, solo quería conocer aquellos terrenos que se escondían detrás de la barrera de luz del cielo, quería traspasar el velo y encontrarse en un jardín lleno de hojas y flores, con un sol siempre radiante sobre su cabeza, un lugar lleno de enormes quesos, deliciosas carnes gigantes y alimentos de todo tipo que aun su fina mandíbula no había masticado y saboreado. Un sitio donde tal vez encontrara un amado que la consintiera y la hiciera feliz, alguien que siguiera su rumbo y con el cual pudiera visitar cada una de las orgullosas estrellas ¡que extraños secretos, paisajes y mundos estarían guardados en aquellos lugares!

- Eh tu ¡continua!- le grito furiosa su compañera

- Por favor, solo quisiera ver el cielo por un segundo mas, solo uno, antes de dormir…

- ¡Calla! Llegaremos tarde y nos regañaran, deja de ver las estrellas, ¿no es suficiente con tu verde entorno?- dijo indignada

- ¿Qué pasaría si te dijera que el poderoso sol no es verde y que la tierra que nos vio nacer tampoco?, entonces, ¿Por qué no tendría curiosidad por conocer miles de colores? ¡quiero que mis ojos se eclipsen de las tonalidades del mundo!- respondió como ensimismada

- ¡Tu y tus reflexiones! ¡nos meterás en problemas a ambas! ¡mejor sigue el Oporus!- dijo enojada la otra- ¡la carga se espera esta misma noche!

A pesar de todo mientras continuaba su diario recorrido, en que seguía el olor producido por el oporus para poder retornar a la fortaleza no podía evitar sentir una sensación de tristeza e impotencia, no podía dejar de sentir que subía una escalera para entrar en otra. Aquel sendero no la llevaba a ninguna parte, solo terminaría por llegar a aquel balcón donde finalmente desesperada decidiría tirarse solo para lograr un ultimo vuelo antes de caer en el abismo para ser una con la nada. ¿Y que pasaría si desapareciera?, seria un numero más que se va, un 267 (su numero) que seria fácilmente reemplazable, ¡que importaba!, si al final su vida no era mas que eso, un continuo devenir en beneficio de todos. Decidió no pensar en ello sino continuar, tal vez algún día bajaría él de las nubes con sus enormes alas y la sacaría de aquel horrible lugar, los había visto sobrevolar muchas veces por encima de la fortaleza, quería ser como ellos que podían desafiar el viento y alcanzar lo alto de las copas de los enormes árboles solo para vislumbrar lo que a sus ojos estaba vetado.

El camino seguía con obstáculos, logro pasar por encima de enormes piedras y la tierra mojada que tragaba a las desprevenidas, fue entonces cuando aconteció algo terrible. Mientras pasaba con su pesada carga, su compañera de al lado pareció gritar, todo sucedió en un parpadeo, una enorme masa negra callo del cielo justo por donde su compañera pasaba y la aplastó, inmediatamente se estableció el pánico general, todas huyeron en busca de refugio. Un Kirk como llamaban a aquel fenómeno los atacaba, siempre llegaban en los momentos mas inesperados, no podían explicar su naturaleza, algunos lo veían simplemente como la mano de dios que castigaba a las perezosas y otras como un ente poderoso abstracto que se salía de su comprensión, pero no se había logrado averiguar mas. Ella se quedo a pesar de todo frente a su compañera agonizante, no se movió ni un centímetro a pesar de que el Kirk paso rápidamente cerca de ella, no le tenia miedo a lo extraño y no era una cobarde, se quedaría allí hasta al final, su compañera no se merecía este final.

- ¡¡¡insensata!!! ¡huye!- le grito la moribunda, pero la otra no se movía, solo lloraba- ¡Sabes que así es siempre! ¡Déjame sola pronto seré reemplazada fácilmente!- dijo enojada y con ultimo esfuerzo

- ¡NO! ¡No es justo!, estoy segura de que tu vales mucho para morir así- respondió con sollozos

- ¿De que hablas idiota? ¡huye! ¡no te preocupes por mí! ¡vete!- gritó y al final de su ultima palabra callo muerta

- Tu no lo comprendías, pero solo quería ver que era lo ultimo que vislumbraba tu vista si la fría luna o a otra como yo a la que consideras insignificante, al final te parecías a mi aun que no lo creyeras- dijo mientras las lagrimas seguían cayendo

Sabiendo lo que tenia que hacer, la hormiga retornó a su hormiguero a dormir, la obrera número 268 pronto seria reemplazada.

martes, 11 de diciembre de 2007

Las Ruinas de los Sueños

Apresurándome en medio de la espesura y la niebla, las ví al fin, allí estaban imponentes, sublimes elevándose en medio de aquel alto, orgullosas, testimonio de un pasado glorioso que nunca volverá, por que así fuera un civilización que según cuenta la leyenda fue condenada por los dioses por su inmoralidad y crímenes contra la naturaleza, su vida llena de guerra, emoción y pasiones era mejor en mi opinión que la escoria de donde salía. Ahora estaba al fin, pisando el musgoso suelo y mirando las columnas rotas, con el cielo mas impresionante que se podía vislumbrar, el momento cumbre en que estaba a punto de la tierra absorber al sol y el cielo rojo plateado se mostraba como un intermedio entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte, entre el sueño y la verdad escondida en estas ruinas. En eso pensaba maravillado cuando mi compañero me movió el hombro.

- Debemos tener cuidado Franz, esto debe estar lleno de trampas- dijo serio

- ¿y si descansáramos un rato?- dijo Kalia preocupada- este sitio me da mala espina y tal vez deberíamos examinar mejor las cosas

- No, me parece que no, este es el momento en que la orquesta hace el crecendo mas alto y emotivo, es el instante en que la obra alcanza y sube las escaleras del cielo

- ¡Franz!, ¡Estas loco!- dijo ella alterada- no te reconosco, no pareces el mismo ¡reacciona! ¡No te dejes llevar por esos sentimientos que tanto daño te han hecho ya!

Karl callo simplemente se limito a colocar una mano en el hombro de Kalia y emitir un gesto de negación, el comprendía lo mucho que habíamos pasado para llegar hasta aquí, sabia que las cosas no podían terminar así, era ahora o nunca, nuestro viaje al fin llegaba a un desenlace y fuera lo que fuera que nos esperara al final del camino no podíamos esperar. Proseguimos el paso lentamente, el sonido de nuestros pies pisando el suelo fijado hace miles de años, daba una extraña sensación de miedo y de estar entrando cada vez más en lo ultimo, en el fin de una avenida, ¿pero que es lo que hay al final? Quizás nuestro triste hogar sucio y acabado o tal vez el objeto que hemos buscado durante cada segundo de nuestra existencia y que le dará sentido a todo lo que hacemos, sin duda el colibrí tiene que encontrar al fin su flor.

Mientras caminábamos el tiempo parecía discurrir lentamente, orgulloso también se negaba a perderse el momento, veíamos columnas con runas grabadas, pronto nos acercaríamos a la primera de las tres pruebas y la expectativa era feroz. Entonces fue cuando lo vimos, enorme salio de la nada ¡Un enorme tentáculo!, me saco inmediatamente de la ensoñación en que me encontraba

- ¡Cuidado Karl!- le grite

Pero fue demasiado tarde, el tentáculo verde y pegajoso salido de la tierra alcanzo a coger a Karl

- ¡Karl imbecil!- grito ella llorando mientras sacaba su pistola y disparaba al tentáculo

Me puse a hacer lo mismo, saque mi arma y me fije rápidamente si estaba cargada, cualquier segundo de duda seria el último, empecé a disparar, pero lo hice a la base para no darle a Karl. Este a pesar de encontrarse en problemas seguía con la misma actitud estoica que siempre había tenido en su vida y tal vez la tendría hasta el final, a pesar de todo hacia un pequeño esfuerzo por liberarse, pero no era mucho ¿es que acaso realmente quería morir?. Hice lo posible, dispare desesperado, ella se acerco mas pero las lagrimas le podían mas, el tentáculo agarraba a kart obstinado, terco y lo trago al fondo de la tierra, fue tan rápido que mis ojos apenas alcanzaron a percibirlo. Kalia grito, intento acercarse al lugar por donde había desaparecido el tentáculo, pero en mi fuero interior sabia que nunca mas volveríamos a ver a Kart. La sujete antes de que ella misma cayera en la misma trampa.

- ¡KARL!- grito

- ¡Idiota!- le espete, a mi también me salían las lagrimas- no puedes hacer nada mas, no me dejes solo ahora

Ella se arrodillo en el suelo, creo que la mataba mas su impotencia que el hecho de que Karl no estuviera ya, de no poder haberlo salvado. Yo la comprendía, también estaba triste, pero sabía en el fondo que Karl había muerto satisfecho de acompañarnos hasta aquí, luego llegaría el momento de lamentar a los caídos. Ahora debíamos continuar

- Karla…no podemos quedarnos aquí, el tentáculo puede atacarnos de nuevo, sin embargo creo que la clave esta en el suelo, fíjate en las runas grabadas allí, estoy seguro de que una de ellas indica cual es el piso trampeado

- ¡Pero que es que no sientes! ¿Qué no ves lo que acaba de pasa?- dijo llorando

- ¡A MI TAMBIEN ME DUELE!- le refute, las lagrimas también fluían por mis ojos- ¡Éramos tres pequeños con sueños de gigantes, tres pequeños con sueños de construir una escalera y alcanzar las estrellas! Se todo lo que hemos vivido, ¡Pero no podemos deternos! ¡Debemos hacerlo por el!

Ella no me respondió, simplemente se levanto triste, dispuesta a continuar el camino. Proseguimos examinando cada una de las runas plasmadas en el suelo, por una cultura que quería proteger su tesoro mas preciado y tenía por que, no se le puede dejar un chorizo de oro al gato mas puerco. Leía las runas, ella las iba traduciendo “odio” “venganza” “orgullo” “mentira” “hipocresía” y así seguían señalando todo tipo de formas y actos considerados malos por la humanidad.

- Me parece que la escalera de valores de estas ruinas es bastante negativa

- Sin embargo hay que averiguar cual es el origen de todas ellas, solo así podremos superar la prueba

Seguimos caminando lentamente, se veían repetidas 3 de las runas en múltiples ocasiones, pensé que tal vez ellas debían ser las causas por la connotación que cada una de esas palabras tenia, las supuestas causas de todos esos axiomas negativos. La traducción de cada una era: “satanas” “amor a si mismo” “normas”, mientras continuaba analizaba el problema, Satanas no podía ser la causa del mal, era una creación religiosa y por lo tanto motivo de cuestionamiento, además no me imaginaba a un pequeño diablillo viajando por todo el mundo y susurrándole al oído a los hombres lo que tenían que hacer, me parece que era en parte una excusa barata del hombre para deshacerse de sus culpas. ¿Amor a mi mismo? Esta si me ponía a dudar, el amor que las personas tenían por si mismas si que podía ser la causa principal, por que al final ¿Por qué mas hacíamos algún acto malvado si no es para darnos satisfacción a nosotros mismos? Pero caí en cuenta de algo, ¿Dónde quedaban los crímenes perpetuados por amor?, aquellos en que el hombre asesinaba, mentía, o robaba por su amada, ellos no eran para beneficio propio sino de otra persona que ese hombre gozaba viendo feliz. Solo quedaba una ultima opción, “las normas”, no cabía duda era esa, ¿pero no se supone que las normas antes ayudan a evitar el crimen y el mal?, me di cuenta de que no, ¡claro! ¡Solo si existía la norma existía la violación! ¡El mal no puede existir sin un bien que busque controlarlo!. ¡Kalia estaba a punto de pisar una de esas baldosas rotas!

- ¡Kalia idiota!- le grite

Haciendo un gran esfuerzo la empuje justo en el momento en que pisaba la runa entonces el tentáculo salio dispuesto a coger lo primero que estuviera a su alcance pero yo había logrado colocar a Kalia fuera de su posible sujeción. Ella no se movía, simplemente se recostó aterrada en mi regazo, seguía llorando. Así estuvimos unos 5 minutos, hasta que al fin ella misma tomo la iniciativa y decidió comenzar ya había entendido también el mensaje. Así pudimos pasar la primeras de las tres pruebas.

Luego de pasar un largo trecho, llegamos a lo que parecía ser el fin del camino, parecía que lo que había era una especie de balcón que miraba desafiante a la nada, al abismo. Al lado dos estatuas de dos Ángeles que parecían invitar con su mano a que observáramos lo que había en el fondo

- No lo entiendo- dijo Kalia que se aproximaba a mirar- llegamos hasta aquí, solo para ver esto

- ¡Cuidado!- le dije asustado- esta es la segunda prueba

- ¿Qué quieres decir?- pregunto indecisa, estaba a dispuesta a no cometer el error de hace un momento

- Creo que tenemos que mirar al fondo del abismo

- Eso parece fácil- dijo ella petulante

- Yo no lo creo así- dije asustado, me entro un terrible escalofrió

- ¿Por qué? ¿veremos algo muy horrible? ¿un monstruo de 9 patas con cabeza de topo o algo así?- dijo ella sonriendo y burlona, se estaba dando mucha confianza

- No, no es eso, es precisamente lo contrario, no veremos nada ¿podemos realmente soportar la nada?- dije en tono de miedo

- ¿Qué? No creo que ver nada me afecte

- ¿alguna vez has visto nada?- le replique

- No, pero…- parecía buscar argumentos para discutirme

- Todo humano tiene en su ser un sentimiento que le incita a la muerte, que le incita a volar una ultima vez, a acabar con su modesta y difícil existencia pues todos manejamos nuestras propias complejidades. Eso es lo que sientes cuando subes a un edificio muy alto y miras el suelo, pero levemente ¿no lo has sentido?. Todos en el fondo tenemos algo de suicidas, solo nuestro orgullo y voluntad puede salvarnos, el deseo de vivir es el que debe primar

- Si…

- El abismo, la nada, debe hacer que este sentimiento se expanda cada vez mas y que nuestro deseo de morir, de que el fin llegue aquí se multiplique de tal manera que nos obligue a tirarnos al abismo, francamente la invitación de esos ángeles es a que hagamos eso, a dejarnos tragar por la nada.

- ¿entonces debemos mirar?

- Me temo que si, si queremos sobrepasar esta prueba, espero que me hallas comprendido lo que se necesita para pasar esto

Ella asintió en silencio, nos aproximamos al abismo lentamente, las estatuas de los ángeles parecían mirarnos burlonas y con una extraña malignidad y entonces lo vi ¿pero que vi? Sin duda seria mejor preguntarme ¿Qué no vi?, que fue precisamente lo que paso, no vi nada, se hundía en el fondo de la montaña no había frontera, mis ojos se irritaban, era demasiado fuerte, pero no podía quitar mi vista. Ella también parecía mirar impactada, temblaba. La tentación de saltar era fuerte, ¿para que continuar? ¡podía volar lo mas alto! ¡Alcanzar las nubes! ¡Caer eternamente con una sensación de satisfacción en mi interior! ¡seria libre al fin como el águila o como el halcón! ¡La verdadera libertad y ahora estaba a mi alcance!. Yo…quería ser uno con ella…tan triste y al mismo tiempo tan hermosa…

¡No! ¡No caería!, no después de todo lo que nos había pasado, de lo que habíamos vivido, no deseaba volar, prefería las cadenas, al fin y al cabo ¿siempre las he tenido no?, había otras formas de alcanzar las nubes y las estrellas. Logre safarme con un enorme esfuerzo, había pasado la prueba. Sin embargo, Kalia seguía allí, mirando con terror lo que había ante ella, todo su cuerpo temblaba, no podía moverse, el sudor caia lentamente por sus sienes y sentía como una parte de su alma se estaba condenando a perecer en la nada..

- ¡Kalia se que puedes hacerlo!

Ella hacia su mejor esfuerzo para resistirse al fuerte impulso que le ocasionaba el abismo, las lágrimas salían de sus ojos y recorrían sus mejillas para caer en el suelo como el frío rocío de la mañana. Fue entonces su último gesto, por que inmediatamente su cuerpo se empujo hacia el vacío. Corri a sujetarla y la cogí de la mano, pero el abismo hacia fuerza para llevársela consigo, su destino había sido fijado, gritaba con rabia, decidí poner mi vida en no soltarla, yo lloraba como nunca. Ella parecía haber aceptado el hado que ahora se había fijado, y no me miraba. Yo le gritaba que se esforzara, que no se dejara caer, que aun tenia mucho que vivir. Pero no podía hacer nada contra una decisión que ya había sido tomada, ella había hecho uso de su libertad, de aquella que teníamos en exceso y que ahora me arrepentía de tener. Sujete su mano un tiempo, ella no me miraba, ni me gritaba nada, sentía sus suaves dedos que en alguna ocasión habían tocado mi cara, tantos recuerdos ahora enterrados por la brisa del olvido, la brisa que ahora se convertía en la nada que ahora la tragaba. Finalmente desistí y la solté, la vi caer lentamente, casi como si el tiempo se divirtiera viendo mi sufrimiento, no la volvería a ver, ella había escogido volar.

Me tire al suelo a llorar, sentía una frustración enorme, había pasado las dos pruebas pero a costa de perder uno de los mayores tesoros que tenia, las únicas personas por las que sentía algún efecto, ahora me sentía demasiado solo. El mundo estaba allí aplastante ante mi ¿valía realmente la recompensa para sacrificar todo lo que había hecho hasta ahora?, pronto lo averiguaría. ¿Cuál seria la tercera prueba?, no lo sabia pero algo empezaba a moverse en el ambiente, el ocaso había terminado y la noche llegaba al fin como una viajera que ha recorrido un largo trecho para caer cansada y abatida igual que lo estaba yo en aquellos momentos. La noche entonces parecía esbozarme una tenue sonrisa a través de la luna, compasiva de mí.

- ¡Llévame contigo!, ¡quiero desaparecer! ¡que todo esto termine!

No hubo respuesta

- ¿Qué me espera ahora? ¡por que tan alto precio! ¡te ríes de mi!- grite, luego rendido dije - al fin y al cabo no soy mas que un simple mortal.

La noche seguía inmutable, donde quiera que estuviera su semblante debía ser profundamente bello, pero de todas formas sentí una pequeña gota que caía sobre mi cara, la noche estaba llorando. No era lluvia, eran sus lágrimas puras, lagrimas verdaderas de quien ha vivido todas las edades del mundo. Las ruinas entonces empezaban a adquirir entonces un nuevo matiz para mi, un color sublime, todo se hacia tan claro de repente, era como si regresara al pasado, como si volviera a ver aquella gloriosa civilización. Fue entonces cuando lo sentí, aquel dolor punzante y crónico, sentí como mi interior se quemaba entonces me tire al suelo aullando del dolor. Era demasiado, era como si mi cuerpo no soportara tanta belleza, tanta gloria algo que se escapaba a los lugares en los que había estado hasta ahora

Y entonces bajo de los cielos ella, una hermosa mujer con alas blancas, de hecho todo su ser era blanco, era lo mas bello que había visto en mi vida, estaba hipnotizado ¿esta era la tercera prueba? Si era así no me importaba, solo quería estar con ella, en su figura se juntaban todas las máximas de lo lindo, creí recordar al verla las sonrisas, la alegría, los momentos mas felices de mi vida, todo paso ante mis ojos, desde cuando me dieron mi primer juguete pasando por mi primer beso y el día que había pasado una de las mejores fiestas de mi vida junto a mis amigos. Todo pasaba como un sueño que se repetía y ella estaba allí, desee tener un pincel para grabar su figura, las bien formadas facciones de su cara y aquellos ojos que me atravesaban y parecían prometerme el mundo. Ella parecía darse cuenta y brilló en su cara una sonrisa inocente que me hacia jurar que la protegería y lucharía por ella toda mi vida. No dude un segundo, de aquel ente celestial no podía proceder nada malo.

- Solo te falta una ultima prueba y entonces podrás venir conmigo- dijo ella

- Si es así, entonces ha valido la pena

- Siempre lo vale, tu creaste un sueño, ahora es el momento de que lo cumplas, los sueños son el lenguaje de los dioses

- ¿Qué debo hacer? ¡Oh gran diosa! ¡oh belleza en su esencia encarnada!

- Me halagas demasiado- rió tímidamente- solo mírame a los ojos durante un momento si puedes aguantarlo habrás pasado la ultima prueba

Decidí arriesgarme ¿Qué podía perder?, además ya había hecho todo el camino hasta aquí, la mire, sus finos ojos verdes se clavaron en mi despedazándome completamente. Fue entonces cuando lo comprendí, ¡había malgastado mi vida durante tiempo! Ella lo sabía, al comprender el verdadero sentido de todo esto me fragmente como un espejo que acababa de ser quebrado. ¿Qué quedaría entonces de mí? Hasta la nada tenia una mejor razón que yo para su existencia. Su mirada era cada vez más fuerte e impactante, sus ojos tristes y hermosos me recordaban cada vez más mi presente, mi pasado y mi futuro, la nada entre la nada y la nada. ¿Por qué había hecho todo esto? ¿Qué sentido tenia? No hubiera sido mejor que me tirara al abismo con mi compañera. Cada acción tenía una consecuencia, causas y efectos, era imposible salir de ese laberinto, no había hilo de Ariadna para poder salir, pero entonces, ¿Qué era lo que hacia posible que este efímera vida, este paso continuo entre un puente invisible fuera posible?, entonces algo solidó, algo debía mantenernos a flote y fue entonces cuando la mirada de ella me dio la respuesta, lo pude ver a través de aquellos oscuros iris. Eran los sueños, eran estos las grandes obras que nos permitían mantenernos en pie, era sobre estos que nos parábamos para desafiar el mundo una y otra vez, pensando en que es por ellos y por su cumplimiento que todo vale la pena. No pude evitar llorar.

- Tu soñaste esto, ahora recibes lo justo- dice ella con su tono inocente

- ¿es realmente justo?- pregunte sorprendido

- En tu sueño si y ahora déjate embargar por el- dijo tierna

Ella me cogió con sus alas me abrigo, mientras ascendíamos, en ese momento me considere el hombre mas dichoso del mundo, ¿era este un final feliz? No lo sabia, pero quería estar con ella para siempre, ¿A dónde me llevaría? No lo se, fuera lo que me esperaba al estar con ella podría sentir el amor, las pasiones y toda aquella alegría que nunca pude tener completamente.

- Has pasado la prueba, ven conmigo al mundo de tus sueños

Solo se que en ese instante, todo se volvió blanco y no recuerdo nada mas, solo rastros de plumas de alas blancas…

viernes, 30 de noviembre de 2007

La Sombra del Mundo


El hombre de bigote negro, sombrero, mirada interrogante y de descarados movimientos, se acerco a el. EL estaba parado, recostado sobre la pared fumándose tal vez su quinto cigarrillo. Sus viejos pantalones dejaban denotar su estilo descuidado y su cara mal afeitada no lucia mejor aquella tarde. Parecía pensativo y tranquilo

- ¿No lo comprendes verdad?- dijo sonriendo aquel molesto hombre- no puedes captarlo

- No necesito captarlo, el simplemente llega y se va, como la primavera y el otoño- respondió el otro tranquilamente y sin inmutarse

- ¿lo amas verdad?- pregunto el hombre

- ¿o tal vez lo odie no?, es igual...el odio y el amor no son mas que diferentes disfraces de una misma persona

- Pero eso no importa ya y tu lo sabes, deberías mover tu culo fresco e ir a buscarlo- dijo insistente el molesto hombre de bigote

- El vendrá aquí- respondió lacónicamente

- ¿Pero es que estáis loco? ¡Ni siquiera sabe que este lugar existe!- dijo exaltado

- Lo sabe, de alguna forma siempre lo ha sabido- dijo con una tranquilidad asustante

- HHH... me rindo con usted- dijo el hombre de bigote exaltado- entienda, tengo asuntos importantes soy un hombre ocupado y...- interrumpió al ver aquella cara conocida

Allí estaba detrás de la niebla, el hombre tenia razón, los había encontrado, el niño los veía con gracia, casi que se burlaba de ellos, aun que su sonrisa parecía ser mas sarcástica que por cualquier otro motivo. El niño se les acerco, vestía con unos pantalones que se cogían con tiras de cuero y una camiseta de cuadros verdes, tenia una pequeña boina, pero lo que inquietaba era sin duda la mueca que en estos momentos formulaba a los dos hombres que al parecer lo esperaban.

- ¿Donde estabas?- pregunto el hombre de bigote irritado, se dejaba notar el pequeño tic nervioso de su ceja-¡Lo esperamos hace rato!

- Haciendo mis deberes y la limpieza- respondió en tono de burla el niño- ¿no le parece suficiente?

- Vera usted, recuérdelo yo soy su abogado y...- alcanzo a decir el hombre

- ¿Abogado?, no creo que necesité una defensa...¿contra que la necesitó?

- Contra el mundo actual además usted...

- Mr. mundo actual no tiene energía suficiente para contenerme, ¡Mire le traje un regalo! un poco de mi ultima limpieza

El abogado profirió un agudo grito, la escena que se le presento fue horrible y lo recordaría cada vez que recostara su cabeza en una almohada y oyera el guerrero ruido del tren. Allí estaban empalados dos sujetos, el uno era un hombre mono, al parecer de un buen físico, tenia un collar de oro, que parecía representar la música que escuchaba, tenia una gorra, una camiseta larga, el abogado creyó recordar haberlo visto en una de las rumbas a las que asistían los jóvenes a la ciudad, imbuidos por un espíritu dionisiaco caían en las garras de todo lo que para el significa irracional, solo para luego darse cuenta que su vida se convertía en un constante cese de sentido y destrucción de su propio ser. Pero quien era el otro, ¡Era una mujer!, pelo negro, de gafas, vestida de blanco, bastante bonita, al parecer había sido una científica, representaba lo apolíneo, aquello donde la razón influía en cada una de sus perspectivas no dejando cabida a sus sentimientos o impulsos. Seguro que era alguna clase de bióloga o investigadora.

- Triste es en verdad todo esto- dijo el abogado a quien le salio una lagrima de su ojo izquierdo

EL se paro y fue por el niño. El abogado intento detenerlo.

- La comida pronto estará lista, te esperan en casa y debes descansar

- Entonces no se diga mas debemos irnos- dijo riéndose el niño

- ¡Esto no puede terminar así!- grito el abogado


Pero era demasiado tarde el niño y EL habían desaparecido en la nada...